(Texto centrado en la exposición de Gabriel Salazar, en el foro de debate, análisis y perspectivas del movimiento popular realizado el lunes 20 de junio del presente 2011 en la casa central de la Universidad de Chile en toma)
Para entender el presente, tenemos que remontarnos a la historia social de Chile. En la época donde éramos actores populares, capaces de autocuestionarnos la realidad del país. Como en la década de los 60´, el tiempo de la pre-revolución. En esta preponderó el análisis, haciéndose indispensable la construcción de una cartografía, un mapa que indicara claramente el objetivo, cómo nos moveríamos para alcanzarlo y cuáles serían los obstáculos. Luego, de ese periodo esta forma de organizarse se perdió. Hoy en día no hay un gobierno populista, a esto nos referimos exclusivamente a un gobierno que se base en los intereses de la gente y que responda con hechos concretos haciéndolos valer. Ya sea, entregándole a la gente las herramientas para disminuir con la desigualdad social. Además, velar por condiciones dignas de vida para todos los chilenos, independiente del lugar donde se nació o de que familia proviene.
En la época de la de los 60, a diferencia de hoy en día, había credibilidad en los políticos. Como por ejemplo, existía un bloque centro izquierda que representaba realmente al pueblo en el congreso, defendiendo los intereses de la mayoría de los chilenos. Actualmente, este bloque se ha convertido en algo distinto a lo que fue, adoptando un modelo neoliberal, incluso más que el propio modelo estadounidense. Entonces, ¿Quién nos representa? , nadie, estamos solos. Antes a la gente solo le quedaba protestar para apoyar al centro izquierdo, aquellos que eran sus aliados. Las protestas eran un modo de desahogarse colectivamente, sin represión. La gente podía actuar en masa porque existía un estado que apoyaba a los pobres.
Las demandas populares y el estado “populista” de los sesenta, que escuchaba estas demandas. El estado actual: No populista, circular y redundante: Hecho por políticos, para políticos.Remontándonos, a los años desde 1918 a 1925, veremos que no existían estos aliados tampoco. Debido a esto, como primer atisbo de organización se asociaron tres entes independientes: FECH, FOCH y Asociación de Profesores de Chile (mayoritariamente profesoras de colegios rurales, entre ellas Gabriela Mistral). Este movimiento estuvo fuertemente guiado por las ideas y palabras de Emilio Recabarren, un destacado político considerado el padre del partido obrero revolucionario izquierdista. Él buscaba que la sociedad chilena se autoeducara con el objetivo de que ella misma lograra en algún momento administrar el estado.
Actualmente, no se puede considerar a Chile un país democrático.
¿Cómo empezamos entonces a construir el país soñado por todos? Nosotros los ciudadanos empecemos a autoeducarnos para poder realizar su propia constitución de manera legítima, y por eso es primordial lo que exigen los estudiantes ahora. El poder que debemos ganar como simples personas, parte por controlar la educación. Es la misma comunidad docente el ente que debe manejar la educación, el rol del estado sólo debe ser el financiamiento de ésta. Los profesionales de la educación tienen que ser capaces de crear metodologías y contenidos innatos de Chile, o sea, que sean compatibles a la realidad del país.
Una crítica a la manera de movilizarse actual es que aún marchamos como en el pasado ¿Entregando petitorios? Hay que cambiar la estructura de la sociedad. Se debe construir una soberanía y para ello autoeducación. Antes de esto, rediseñar la ciudad de manera que volvamos al concepto de ciudad-barrio. Los pobladores, son lo esencial para potenciar un movimiento social, los profesores pueden ayudar, pero antes a los docentes hay que volverlos a formar. Falta atraer a los trabajadores. La CUT despolitizó a los trabajadores, quedó la política solo con los políticos.


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